Escrito por Tatiana Torres
Solemos crear expectativas altas sobre lo que queremos para nuestro futuro en un corto, mediano o largo plazo; como personas estamos creando planes que añoramos con ansias y que sabemos debemos trabajar, planear y desarrollar con esfuerzo y dedicación.
Casi que diario, nos proponemos alcanzar cosas que deseamos, desde comprarnos una boleta para nuestro concierto favorito hasta graduarnos del colegio o la universidad, son aquellas situaciones que nos hacen sentir orgullosas de nosotras mismas, de demostrarnos que podemos con todo y más. Sin embargo, así como nos puede salir a la perfección, en ocasiones pueden dar un vuelco y pasa todo lo contrario.
Y sí, no todo en la vida lo podemos realizar, no todo en la vida puede pasar como queremos, en la vida se nos pueden atravesar en el camino, señales de las cuales, antes, no teníamos ni idea, señales que nos hacen reflexionar y nos encaminan hacia un lugar que no nos agrada mucho, pero que tenemos que atravesar.
NO, NO ES FRACASAR, NO ES CONFORMISMO, es aprender y demostrar que lo intentamos. El intentarlo cuenta muchísimo, si no se da y sabemos que ya lo dimos todo, está bien parar y dejarlo.
Es normal que durante el proceso sientas tristeza, cansancio, ganas de dejar botado el resto de tus sueños, porque sí, me ha pasado que solo por no haber cumplido una meta, ya quiero dejar el resto, llevándome a la ansiedad y pensar que “no puedo hacerlo”, “todo me sale mal” o “es algo que quería tanto, pero no lo pude tener, ahora no quiero nada más”.
Por eso, lo que te aconsejo hacer es: encárgate de tomar tu tiempo para procesar lo ocurrido, quiere tus procesos, habla con quien te sientas cómoda y libera todo lo negativo que sientas.
Amiga mía, no rebajes ninguno de tus sueños, todos son igual de importantes y que nadie te diga lo contrario
Es totalmente normal que los sentimientos negativos nos invadan, ese tropiezo puede convertirse en algo mucho más grande que nosotros, pero, eso es lo que nos hace más fuertes, nos hace tener muchas más ganas de salir adelante y trabajar por la corta o larga lista de propósitos que nos planteamos.
Ten presente que los aprendizajes que tuvimos durante el proceso nos pueden ayudar no solo a evaluar en un futuro nuestros propósitos, también nos ayudan a ser conscientes de lo que podemos hacer sin obligarnos a desgastar nuestro ánimo y energía.
No debo frustrarme por no haber cumplido una meta, eso no significa haber fracasado
El lenguaje que manejamos con nosotras mismas después de haber atravesado una mala racha, claramente repercute frente a nuestro sentimiento de frustración, ¿qué debemos hacer entonces?
Mentalizarnos en que, si no se dio se puede dar a futuro o simplemente no debía pasar, no te culpes ni te reproches acciones que “debiste” hacer solo para poder llegar al objetivo, piensa que vendrán otros planes que necesitan de ti al 100% y que, también, debes meterle el mismo empeño como lo hiciste con tu anterior objetivo.