Por mucho tiempo se nos ha puesto la etiqueta de que “las mujeres nacimos para ser madres”, pero yo nunca lo sentí así, ¿por qué para eso nacimos? ¿A caso no ven lo que conlleva la maternidad? ¿Están locos?
A medida que creces vas cambiando esas perspectivas que te imponen, vas conociendo vivencias de otras mujeres y te vas forjando hacia el futuro, ¿y está mal que en ese futuro no visualices bebés? Pues para mucha gente, sí. Recuerdo en algún momento comentar que no quería tener hijos, y recuerdo también la respuesta de la gente con la que estaba:
“Ay, no diga eso que se le cumple”, “Dios la castiga”, “¿y qué va a hacer de vieja entonces?”
Y es cuando yo dije, ¿en serio? ¿Me meten la religión, y aparte, el hecho de que los hijos mantienen a sus padres ancianos? Esas nunca me parecieron respuestas con las que automáticamente cambiaría de opinión, y en el paso por pensar, cómo cambiaría esa idea en mi cabeza, imaginé que lo más sensato sería que un hombre me hiciera cambiar, pero no cualquier hombre; un hombre de esos que se vuelven el “para siempre” de los cuentos de hadas, pero ya les explico, tan poco soy tan soñadora.
Durante mucho tiempo estuve cerrada a la idea de bebés porque, sinceramente, qué miedo. A veces no puedo con mi propia vida, ¿cómo haré con otra que es mi responsabilidad? ¿Cómo puedo ser suficientemente buena para cumplir ese rol? ¿Y qué pasará con mi cuerpo? ¿Y el dolor del parto? Y desde ahí partía mi miedo.
Todo lo que conlleva un bebé
Primero que todo, me parece que el cuerpo de nosotras (las mujeres) es maravilloso, tener ese don de crear una vida es algo increíble y muy loco, y admiro a todas las mujeres que, por decisión propia, lo hacen.
Pero volviendo al tema, mi miedo del embarazo, sin duda, siempre fue el dolor de un parto, la violencia obstétrica que pueda sufrir, los cambios que mi cuerpo pueda experimentar después, y si definitivamente, yo nací para ser mamá. Si nací, conscientemente, para ejercer ese rol.
He leído muchas experiencias de mujeres que durante su embarazo aceptaron la idea de ser madres, pero que cuando ya nacían sus hijos o hijas, la cosa cambiaba. De repente, ser madre ya no estaba bien, ¿qué tal eso me ocurra? Y te estarás preguntando, “¿entonces sí cambiaste de opinión?” y para responder a ello, te diré que estoy en el proceso.
¿Por qué querer ser madres?
Siempre viviendo con la negativa de un embarazo, me cerraba a la idea de conocer el por qué hay mujeres que quieren ser madres o que deciden ser madres, y cuando poco a poco empecé a convivir con mamás (familiares y amigas) me di cuenta de repente que no puede estar tan mal. Sumándole a eso una pareja sentimental (hombre) que sí desea tenerlos.
Y aquí ya traigo a colación el “hombre del para siempre”, si bien sé que las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana, que hay parejas que se separan, que hay divorcios y todo esto, creo que cuando encuentras a una persona que te quiere, te respeta y te valora, hay algunas cosas que de pronto pueden cambiar para empezar a construir algo diferente, y así es como llegó a mí el imaginario de “una familia”.
Porque no querer tener hijos, tiene una razón, pero el querer tenerlos también, y a medida que ha pasado el tiempo, puede que haya encontrado la mía, pero el miedo de que llegue el momento y no ser una buena madre, aterra.
¿Será este mi llamado a la maternidad?
Definitivamente no, sé que si en el proceso de mi relación, algo se rompe, seguiré sosteniendo mi idea de no querer serlo, porque aunque quizá en algún momento lo sea, el miedo de que no me guste, seguirá vigente, y es normal.
Hay que dejar de romantizar la maternidad y aceptar que hay mujeres que no quieren serlo, que hay mujeres que tienen miedo, que hay mujeres que no tienen expectativas para criar y punto, porque hay madres que no disfrutan la maternidad, pero que son buenos ejemplos de lo que “ser buena madre” significa.
En Colombia tenemos aborto libre
Y para cerrar, quiero hacer el recorderis de que tenemos aborto libre, y que abortar está bien, porque si no quieres ser madre o no estás en la disposición para ser una buena madre, es mejor no serlo, y es tu derecho.