Escrito por Erika Martínez
¿Les ha pasado que cuando les dicen algo bueno o lindo, automáticamente su mente busca un pretexto para desmeritar el “piropo”?
Por ejemplo, si nos dicen que nuestra blusa está linda, respondemos algo como “es supervieja” (lo que probablemente no es cierto) o si nos dicen que nos vemos bien respondemos “ni me arregle” (aun cuando somos conscientes de que sí lo hicimos), o cuando haces algo bien en tu trabajo, escuela o universidad, sentimos que en lugar de merecernos y celebrar ese logro, es algo que teníamos, por obligación, que alcanzar.
Hacemos todo lo posible por minimizar el efecto que tiene una palabra de aprobación, pero, ¿por qué pasa esto?
Pues bien, para contextualizar un poco, el autosabotaje es una conducta inconsciente que aparece en momentos en los que puede haber una decisión o un cambio para nuestra vida, lo que nos obstaculiza una meta o un logro mediante automanipulaciones, generando una sensación de confort, de mantenernos en nuestra “zona segura”.
Pero también es un mecanismo de defensa que nuestro subconsciente utiliza para evitar problemas, sufrimientos, estrés o situaciones que no podemos predecir en un futuro. Como lo definió de la mejor manera Isabel Rovira:
el autosabotaje es una manifestación de todos aquellos aspectos que la persona no consigue aceptar de ella misma, todas aquellas creencias basadas en miedos y que, a lo largo del tiempo, a fuerza de no ser confrontadas, han ganado peso y poder dentro de ella”.
Isabel Rovira para Psicología y Mente
Ahora bien, la baja autoestima nos convierte, sin querer, en nuestra mayor enemiga. Cuando recibimos elogios, la receptividad que tenemos frente a estos es muestra de nuestra autoestima y nuestra autovalía, si tenemos una autoestima alta probablemente no nos incomode recibirlos, pero cuando nuestra autoestima no está bien, los elogios se convierten en incomodidad, ya que, desacreditan nuestras creencias sobre nosotras mismas.
Es decir, si lo que pensamos de nosotras es que aunque nos arreglemos nos vemos mal, el hecho de recibir un “piropo” o una palabra de afirmación nos cambia el chip a pensar que esto traerá decepciones futuras, lo mismo pasa con los ejemplos del principio o con los ejemplos que hayas pensado mientras leías el primer párrafo y te sientes identificada. Codificamos nuestras creencias sobre nosotras mismas y cuando alguien no las percibe de la misma forma, nos alteramos y reaccionamos de manera incómoda y frustrante.
Así que con estas dos definiciones ustedes qué creen, ¿nos autosaboteamos o tenemos baja autoestima?
En mi opinión, es un poco de ambas, creamos una barrera de autoprotección con creencias de nosotras mismas muy arraigadas, para evitar un posible avance en nuestras vidas. Ya que una causa del autosabotaje es la baja autoestima, no se puede erradicar una sin trabajar en la otra.
Normalmente, no nos autosaboteamos en todas las situaciones, sino cuando las decisiones implican responsabilidad, cambio o nos sentimos incómodas. Cuando nos autosaboteamos, nos dejamos llevar por el miedo y nuestra baja autoestima nos recuerda que “no lo merecemos” o que “no lo vamos a lograr”.
Lo principal es tomar conciencia sobre aquello que percibimos como “anormal” es decir, si te identificaste con esta publicación es probable que en un punto pensaras que eso era normal o que solo te pasaba a ti, pero si identificas qué conductas como el autosabotaje no son normales, puedes tomar cartas sobre el asunto.
Tenemos claro que el autosabotaje lo puede desencadenar la baja autoestima, así que como van de la mano, creo necesario explicar un poco sobre uno de los tipos que creo se adapta a que ambos aspectos se relacionen y generen ese sentimiento extraño.
Las excusas son un tipo de autosabotaje, que usamos para justificar el no recibir, aceptar o enfrentar un cambio en nuestra vida, ponemos excusas como el tiempo, el dinero (cuando desacreditamos algo que tenemos), la situación, entre otras.
Como siempre en Churra lo que te vamos a recomendar es asistir con un experto, no satanicemos buscar ayuda, aunque creamos que no es tan importante el tema o que no es para tanto, nuestra salud mental es y siempre debe ser una prioridad y, ya que, vimos que una sola acción tiene un trasfondo gigante, siempre será mejor dejarnos ayudar por un profesional.