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Mi vida está al revés: claves para salir del desorden emocional y volver a empezar

¡Uff! Ya van más de siete meses en los que mi vida se siente en completo desorden. Renuncié a un trabajo en el que no podía crecer, y aunque en ese momento lo decidí con firmeza, ahora lo extraño. No solo por el dinero (que claro que hace falta, llevo tres meses desempleada), sino por lo fácil que era todo en cuanto al tiempo, a la rutina… a sentirme útil.

Últimamente, me he sentido bastante sola, a pesar de que tengo el apoyo de mis papás, de mi novio y de mis amigos. Pero es raro. No me gusta cargar a los demás con lo que siento, prefiero aguantar sola, tragarme todo, y eso, con el tiempo, pesa más que cualquier otra cosa.

Mi mantra siempre ha sidotodo pasa por algo”, pero honestamente esta vez no entiendo qué es lo que está pasando ni qué se supone que debo aprender. Es como si todo estuviera al revés. Como si hubiera perdido el norte. Los días pesan. Me cuesta encontrar un motivo para levantarme.

Ya sea que el cambio haya sido una decisión propia o algo que la vida nos empujó a hacer, volver a sentirnos en paz puede ser un desafío. Y cuando todo parece caótico, lo primero que recomiendo es mirar los hechos con calma.

¿Cómo se ve el caos?

Caos es despertarte sin saber qué día es. Es dejar de responder mensajes porque no tienes nada bueno que contar. Es llorar en la ducha. Comer sin hambre. Sentirte culpable por no avanzar. Es pasar horas comparándote en redes. Es pensar que todo el mundo tiene su vida resuelta… menos tú.

Y si estás leyendo esto y dices “sí, soy yo”, déjame intentar ayudarte con algunas cosas que a mí me funcionan. Pero antes, en serio: si estás muy mal y tienes los recursos para hacerlo, ve a terapia. No es cliché, no es exageración. Es algo que realmente puede ayudarte a ver la vida con otros ojos.

Ahora sí, te dejo algunos tips que me han servido.

1. Habla contigo

Busca un lugar donde estés sola, sin ruido, y dite a ti misma: “Mi vida está al revés. Me siento…” Y suéltalo. Sin filtros. Sin pena. A mí me ha servido mucho hacerlo ahora que estoy en plena mudanza (tema del que hablaremos luego, porque ufff otra historia). No lo minimices. No te juzgues. Solo dilo.

2. Escribe una meta desde la versión de ti que ya superó esto

Haz un ejercicio de visualización simple. Toma papel y esfero (o abre las notas del celular si estás como yo, escribiendo desde ahí) y escribe:

Cuando me sienta en paz con este cambio, voy a…”, completa la frase. No importa si es una meta chiquita como salir a caminar sin ansiedad o una grande como emprender, viajar o postularte a un nuevo trabajo. Hasta hacer una lista de tareas diarias funciona. Lo importante es recordarte que esto también es temporal. 

3. Aleja un poco el ruido digital

No te digo que te desconectes del mundo (yo tampoco lo logro), pero sí puedes silenciar cuentas que te hacen sentir mal, compararte o dudar de ti. Llena tu feed de cosas que te sumen o incluso, haz una “limpieza digital” donde solo veas cosas que te recuerden que eres capaz.

Y sí, hay días que pesan más que otros. Días en los que no te reconoces. Pero ánimo, amix. La vas a lograr. Tal vez no hoy. Tal vez no mañana. Pero en una semana, en unos meses… incluso en un año. Todo llega cuando toca, no cuando queremos. Como dice la filosofía de Morat: “Después de un año, ves que sigues con vida”.

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